Partimos de la realidad de que el turismo es el sector económico más profundamente afectado por la crisis y el de más lenta recuperación, lo que impacta tanto al turismo nacional como al internacional. Resaltamos que más del 90% de las empresas de este sector, particularmente las dedicadas prioritariamente al turismo nacional, son micro, pequeñas y medianas empresas. Ellas son las que más impactan la calidad de la experiencia de nuestros turistas, incluyendo los internacionales, porque proveen las actividades y entretenimiento, y será un sector mucho más importante en el futuro de lo que ha sido hasta la fecha. Por lo tanto, es prioritario y de vital importancia que el sector privado y público que se unan para rescatarlo.
Si bien es cierto, que con la apertura gradual de algunas de las restricciones impuestas por el Ministerio de Salud se puede decir que muy lentamente se está reconstituyendo el turismo nacional, debemos reconocer que ya ha sufrido un enorme daño por el impacto financiero de esta crisis. Precisamente, por ser constituido mayoritariamente por mipymes, aún antes de esta crisis la mayoría de las empresas estaban apenas subsistiendo, saliendo poco más que tablas, jineteando estructuras de deudas difíciles y definitivamente sin la reserva de capital requerida para poder superar una situación nunca prevista de más de dos meses con temporada cero ingresos. Esto ha derrumbado a grandes y pequeños. De hecho, había un porcentaje importante de empresas del sector que venían mal desde antes de la crisis y podemos intuir que ya han desaparecido probablemente cercano a un 25% de las mismas y, si no hay un cambio positivo radical de las circunstancias en los próximos dos meses, probablemente cerrará otro 25% o más, generando un terrible desempleo e impacto social negativo.
La tarea de lograr este salvamento tiene varias aristas. Tiene que empezar por asegurar el bienestar de todos los empleados directos e indirectos de este sector y posteriormente la reactivación económica y la salvación de muchas empresas. El altísimo grado de encadenamiento e interdependencia del turismo obliga a todo el sector privado a unirse y apoyarse de formas innovadoras y creativas como nunca antes lo hemos hecho. Tenemos que utilizar al máximo los recursos y servicios locales, inventarnos nuevas formas de generarle empleo e ingresos a aquellos que no se puedan recontratar, aunque sea en otras actividades. Particular atención debemos darles a nuestros guías, que en su mayoría son grandes profesionales, pero laboran como free lance y no cuentan con una estructura formal de apoyo.
Todas las empresas del sector, grandes y chicas, tienen que procurar bajar sus costos operativos a entre un 15% y 20% de sus ingresos normales, debido a la baja ocupación y a la baja estimada de un 50% en las tarifas para poder competir e incitar a la visitación. Esto significa que hay que bajar el personal a casi esos mismos porcentajes y reducir el uso de activos de la misma forma, procurando el cuido y mantención de los activos no utilizados para no perderlos y tenerlos disponibles conforme van siendo necesarios para la recuperación. De la misma forma, es indispensable el apoyo al personal despedido para que puedan ser recontratados cuando sea el tiempo para ello.
Es vital reconocer que este sector dependerá en mucho de los cambios en las costumbres y gustos de viajes de los ticos y, sobre todo, en la seguridad que perciban para viajar y de la rigurosidad con la que los hoteles y servicios implementen los protocolos de salud y su capacidad de poder comprobarle y comunicarles a los clientes potenciales que lo están haciendo.
Paralelamente es clave que el Sector Público asuma su gran cuota de responsabilidad porque el sector requiere del decidido apoyo de la banca nacional en la facilitación de capital de trabajo y la reestructuración de la totalidad de la cartera de crédito en condiciones sumamente blandas, al igual que la modificación de las vacaciones escolares para que coincidan con nuestra normal temporada baja.
Como pueden ver, esta mezcla de varios factores necesarios para la recuperación del turismo nacional deja una amplia gama de posibilidades para que se falle en alguno de ellos y por lo tanto tengamos un retroceso en este proceso. No permitamos que los ticos no cumplamos con las indicaciones del comportamiento social y evitemos que el Ministro de Salud eche para atrás la apertura a la fecha y vuelva a cerrar la posibilidad de hacer turismo nacional. Si el ICT apoya decididamente y a muy corto plazo a este sector en lo que a los aspectos financieros y de mercadeo se refieren, y todos nos unimos en un solo sentir, saldremos adelante.
Autor: Bary Roberts / Presidente Ejecutivo