Turismo regenerativo

El reto del turismo para superar el ser sostenible y lograr ser regenerativo

Por Bary Roberts Strachan, basado en conceptos de “Lenses”

A medida que nos enfrentamos a los desafíos del turismo sostenible en el siglo XXI, nuestro enfoque y respuestas a las complejas condiciones ambientales, sociales y económicas determinará nuestro futuro. Aunque encomiable, la mayoría de los esfuerzos del turismo sostenible actuales tienden a centrarse en reducir los impactos ambientales y sociales negativos. Sin embargo, como sociedad, tenemos una oportunidad, no, más bien una necesidad apremiante, de ir mucho más allá de la mentalidad de resolver problemas y más bien llegar a cambiar nuestro enfoque hacia el potencial para crear salud, vitalidad y bienestar. Con los grandes incrementos de las poblaciones locales en los destinos turísticos y el incremento de la visitación de turistas, ya no es sostenible solo reducir impactos negativos, si no que tenemos que regenerar en todos los factores y sistemas vivos que inciden en el turismo.

El cambio fundamental en la perspectiva pasa de hacer mejor las cosas, a hacer mejores cosas. En lugar de centrarnos principalmente en resolver o minimizar los impactos negativos del turismo y de los seres humanos, debemos comenzar a imaginar y crear formas para que el turismo y los seres humanos mejoren y contribuyan a los sistemas vivos y prósperos de todo el mundo. Este cambio de perspectiva es el primer paso, y el más importante, para crear una visión convincente para un futuro que todos podamos abrazar y lograr.

El turismo regenerativo es el proceso de cultivar la capacidad y la viabilidad de las personas, y el bienestar de las comunidades y de los otros sistemas naturales, para continuamente renovar, evolucionar y prosperar. No se trata de mantener lo que es, o de restaurar algo a lo que era. Más bien, se trata de crear la capacidad de desarrollo continuo del turismo sostenible hacia estados de salud y vitalidad en aumento. Debe traer vida nueva y más vigorosa, crear mayor vitalidad, viabilidad, capacidad de evolución y bienestar social.

El marco dentro del que se desarrolla el turismo sostenible son los entornos y sistemas vivos, los cuales en los inicios del turismo de un destino generalmente son prósperos, saludables y resistentes porque sus sistemas ecológicos, sociales y económicos ya se relacionan de una manera que eleva la vitalidad individual y colectiva. El problema se da cuando comenzamos a considerar el impacto del turismo y de nuestras acciones, porque el resultado neto incluye normalmente más atributos degenerativos que regenerativos. Todos los diversos tipos de turismo, proyectos, empresas u otros esfuerzos, no generan solo uno u otro de estos atributos y por eso es útil analizar a fondo los impactos o resultados generados, con el fin de evaluar el resultado final y determinar si es positiva o negativa.

Si el turismo, aunque sea sostenible en su intención, toma constantemente más de lo que da, y apenas paga lo suficiente como para que valga la pena, se inclina hacia el lado degenerativo. Alternativamente, si el turismo nutre rutinariamente el bienestar personal y profesional, individual y colectivo, entonces se inclina hacia el lado regenerativo.

Desafortunadamente, en gran medida dependiendo de las circunstancias, la capacidad para medir científicamente los resultados del accionar del turismo sostenible puede ser difícil o imposible. En cualquier caso, explorar el balance entre ambos tipos de impacto como un modelo mental es una manera significativa de entender las implicaciones del turismo y de nuestras acciones, para bien o para mal.

Desafortunadamente, en gran medida dependiendo de las circunstancias, la capacidad para medir científicamente los resultados del accionar del turismo sostenible puede ser difícil o imposible. En cualquier caso, explorar el balance entre ambos tipos de impacto como un modelo mental es una manera significativa de entender las implicaciones del turismo y de nuestras acciones, para bien o para mal.

La actualización de todos los sistemas vivos que interactúan dentro del turismo sostenible es el objetivo final de una práctica regenerativa. En esencia, mantener la tendencia a la actualización de los sistemas vivos, como un profesional regenerador, significa tener en cuenta constantemente las preguntas: “¿Qué estoy tratando de hacer en realidad como resultado de mis esfuerzos y cómo estará este trabajo al servicio del todo?”

Para lograr el turismo regenerativo debemos también entender que el dominio del pensamiento estructural macro tiene el potencial de elevar y amplificar su práctica. La mente necesita asociar las cosas con los macros para comprender el mundo y estructurarlo para que podamos participar, pensar y crear orden. No existimos en silos; más bien formamos parte de comunidades locales, regionales y globales. Por lo tanto, la intención del pensamiento macroestructural es aumentar la sensibilidad a los macros que se han ignorado u olvidado, aumentar el conocimiento de aquellos que necesitan ser desarrollados y estar más en sintonía con los que se necesitan en un momento dado.

El desarrollar el turismo regenerativo desde una comprensión de los sistemas vivos alinea nuestros esfuerzos con los principios y la realidad de cómo la vida realmente funciona, con los esfuerzos de trabajo de los patrones básicos, con los inquilinos de toda la vida y permite una mayor capacidad para ver dónde intervenir y cómo transformar la relación humana con los sistemas vivos. La integridad y la sabiduría de los sistemas vivos están en el corazón de los procesos evolutivos, que, a su vez, son el corazón del turismo regenerativo. En su esencia, el turismo regenerativo consiste en entrar en sintonía con el mundo de la vida a través de la comprensión y la capacidad de trabajar dentro del contexto más amplio en el que existimos.

Como un ejemplo, podemos indicar que para un proyecto turístico nuevo el turismo regenerativo implica la implementación de un proceso de reingeniería en reverso, en inglés “reverse engineering”, para primero conocer a fondo todos los sistemas vivos involucrados, tanto naturales como sociales, y su historia y ambiciones, y posteriormente diseñar una infraestructura y programa de actividades y experiencias concordantes con los principios procurados. Esto garantiza un mayor éxito del proyecto en todo sentido, y una mayor y mejor sostenibilidad sobre el largo plazo. Desafortunadamente, en la actualidad se diseña lo que se le ocurre a los inversionistas o profesionales a cargo  y luego se trata de encerrar el accionar turístico dentro de esa perspectiva limitada y sin integrarlo al resto de los sistemas vivos circumvecinos.

Termino recordando esa frase clásica que nos dice que si seguimos haciendo lo que siempre hemos hecho seguiremos obteniendo lo mismo. Quebremos paradigmas y regeneremos nuestra forma de pensar para heredarle a las generaciones futuras una situación mejor que la que actualmente tenemos.